Lo que aprendí viendo espacios con mármol y cuarzo todos los días
Una de las ventajas de estar rodeado de materiales como el mármol, el cuarzo y la cuarcita es que aprendes a notar detalles que al principio pasan desapercibidos. No soy diseñador ni arquitecto, pero desde que trabajo cerca de estos materiales, empecé a entender por qué muchas personas los prefieren, incluso cuando hay opciones más baratas o simples.
No es solo una superficie, es una sensación
Hay algo en el brillo natural del mármol o en la textura sutil del cuarzo que cambia por completo la forma en que se percibe un espacio. Puede ser una encimera, un muro o incluso una isla en una cocina: el material transforma la luz, el ambiente y la percepción de calidad.
El material no grita, pero sí habla
Una encimera de cuarzo blanco no necesita ser llamativa para destacar. Lo hace de forma silenciosa, casi como si el material supiera que no necesita competir con nada. Aprendí que lo elegante no siempre tiene que ser exagerado. A veces, lo sobrio es lo más impactante.
La elección sí importa
Antes pensaba que “una piedra es una piedra”, pero después de ver cómo se ven, cómo se sienten y cómo envejecen con el uso, entendí por qué hay personas que prefieren invertir un poco más. No se trata solo de durabilidad, se trata de lo que transmite día con día.
Conclusión
Trabajar en este entorno me hizo notar que los materiales no solo cumplen una función, también generan emociones. Y cuando algo que usas todos los días te hace sentir mejor con tu espacio, eso ya vale la pena.
✍️ Autor: Josthin Alejandro Ruiz Herrera
Sitio: battre.mx